LA CASA DORADA
La Casa de la Cultura de Tarija
fue creada el 4 de julio de 1987, mediante Convenio suscrito entre la
Universidad Autónoma “Juan Misael Saracho”, la ex-Corporación de Desarrollo de
Tarija y la H. Alcaldía Municipal de la ciudad de Tarija, fecha en la que
aprobaron la modificación de los artículos 1º, 6º, y 23º del Estatuto Orgánico
original, para dar paso a la sociedad institucional “Casa de la Cultura de
Tarija”, concebida como una institución autónoma, de duración indefinida, sin
fines de lucro y personería jurídica propia, que le fue reconocida a través de
la Resolución Suprema No. 204960 del 15 de Septiembre de 1988.
Posteriormente, por efectos de
la Ley de Descentralización, la Prefectura del Departamento asumió el rol de
socio institucional en reemplazo de la ex CODETAR. Las tres instituciones
contribuyen, de diversos modos, al sostenimiento y funcionamiento de la Casa de
la Cultura y sus máximas autoridades constituyen el Directorio de la
institución.
Para el funcionamiento de la
Casa de la Cultura, el Consejo Universitario de “Juan Misael Saracho”, mediante
Resolución No. 0599/87 de noviembre de 1987, destinó el inmueble denominado
“Casa Dorada”, el que fue declarado Monumento Nacional por el H. Congreso de la
República en abril de 1992.
CASTILLO
AZUL
La mansión es habitada
actualmente por 12 personas, sin embargo, por detrás se tejen diversas
historias, leyendas y mitos.
El Castillo Azul es uno de los
patrimonios de Tarija, sobre el cual se tejen diversas leyendas del pueblo y su
dueño. Se dibujan cuadros y se crean versos con esta obra arquitectónica que
capta la atención de las personas propias del lugar como también de turistas
que pasan por la calle Bolívar. ¿Qué hay detrás del Castillo Azul? ¿Quiénes
viven en la actualidad? ¿Qué historias hay detrás de esta infraestructura que
viene del siglo XIX?
Cabe mencionar que el Castillo
tiene muchas historias que se tergiversaron a través del tiempo, por ejemplo,
que servía como un banco privado que emitía su propia moneda papel, o que el parque
Bolívar era el principal jardín del castillo. Sin embargo, ninguna es cierta.
El actual propietario es don
León Rengel Martínez, quien se dedica al negocio del comercio exterior,
interno, hotelería e industria de cerámica. Él vive en este lugar junto a su
familia, integrada por doce personas, quienes utilizan los ambientes de manera
privada.
El Castillo constantemente es
sometido a mantenimiento y se trata de conservar el diseño original mediante
fotografías. Hay cosas intactas, como algunas puertas, y cuadros de pintura.
Por ello es que Rengel recibió reconocimientos a nivel internacional por
preservar el Castillo Azul, por ejemplo, plaquetas recordatorios de Perú,
Colombia, entre otros.
En realidad la casa es privada,
pero pueden visitarla turistas, previa coordinación con el dueño. Es decir, que
reciben grupos de visitantes, no todos los días porque el Castillo no está
abierto al público.
LA
PLAZA LUIS DE FUENTES
La plaza de armas Luís de
Fuentes y Vargas es un lugar histórico de encuentro social, cívico y militar.
Es el espacio en el cual se llevaron adelante eventos que la población tarijeña
nunca lo olvidará. Hoy es el centro administrativo y económico de la capital
chapaca porque en sus alrededores está la Gobernación, la Alcaldía, el Comité Cívico,
el Concejo Municipal, bancos de relevado prestigio y restaurantes reconocidos.
El historiador y abogado Carlos
Ramiro Ruiz Ávila, de 75 años, vivió toda su vida en este lugar y recuerda a
las familias que habitaban en su alrededor y también los eventos que se
realizaban allí. Él nació en marzo de 1936 y vivió en la casa que se encuentra
ubicada en la esquina General Trigo y La Madrid, que pertenecía a la familia
Ávila Ichazu, y donde actualmente se abrió un restaurante.
En el inicio de la entrevista,
Ruiz sacó un antiguo pergamino franciscano que contiene un plano de la plaza
que data de 1771, en el que se explica las medidas y cuáles eran las familias
que vivían alrededor de la plaza.
“La plaza antes no era así, como
ahora. En la actualidad está arbolada y ornamentada. En su origen era un lugar
despejado, donde semanalmente venían campesinos y vendedores a expender sus
productos, al igual que un mercado. Entonces la plaza era un espacio despejado
de comercio (permanente)”, comentó.
Además de cumplir la función de
mercado una vez a la semana, también se realizaban ejercicios militares, porque
cuando llegaba un invitado político, la guarnición se reunía en ese lugar para
realizar sus demostraciones.
Según el plano del 15 de octubre
de 1771, firmado por Francisco Gutiérrez del Rosal, que pertenece ahora a la
orden Franciscana, en la plaza estaba la iglesia matriz de Tarija, mirando
hacia el oriente. Había edificios públicos, como el Cabildo (la actual Alcaldía
y el Concejo Municipal), de cara al norte. El tamaño de la plaza era de 96
varas, es decir, el equivalente a una cuadra, y el de las calles, 9 varas.
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